Relatos seleccionados · Convocatoria 2025

Donde nace la historia de Chile

Donde nace la historia de Chile

Nací en Copiapó, entre unos cerros secos y un cielo que casi nunca se cansa de ser azul. Crecí escuchando que aquí no pasa mucho, que el calor es insoportable y que todo está lleno de polvo. Pero con el tiempo aprendí que, detrás de ese sol que a veces quema, hay algo más fuerte: una historia que respira bajo la tierra, en las calles y en la gente.

Copiapó no solo es mi ciudad, es una parte viva de lo que somos como país. Por algo ahora su lema es “Donde nace la historia de Chile”, y aunque puede sonar como una frase de afiche, para mí tiene un significado importante. Porque esa historia no empezó en un libro ni en un discurso, sino aquí, en medio del desierto, con esfuerzo, sudor y esperanza.

Cuando era pequeña no entendía por qué Copiapó era tan importante. En el colegio hablaban del primer ferrocarril de Chile, el que unía Copiapó con Caldera, y del descubrimiento de la mina de plata de Chañarcillo. Yo lo escuchaba sin pensar demasiado. Pero ahora que tengo 17 años, me doy cuenta de que todo eso cambió el rumbo del país. Desde este valle nació la minería moderna, el progreso y el sueño de un Chile que comenzaba a construirse. Y yo, creciendo aquí, siento que esa historia me acompaña cada día.

Decir “donde nace la historia de Chile” no es exagerar. Aquí se encendió la primera chispa de desarrollo. Aquí el país aprendió a levantarse, a mirar al futuro. Todo eso pasó en el mismo suelo que yo piso cada día, en las mismas calles por las que camino siempre.

A veces me pongo a pensar cómo habrá sido ese tiempo del auge minero del siglo XIX. Mi abuelo me contaba que Copiapó era una ciudad llena de vida, con trenes, comercio, luces y sueños. Gente que venía de todas partes del mundo buscando un futuro. Hoy las cosas son distintas, pero esa energía sigue viva en todos.

Recuerdo especialmente el aluvión del 2015. Yo era una niña pequeña, pero todavía tengo el recuerdo del agua bajando con mucha fuerza, el miedo en la gente y, al día siguiente, el silencio lleno de barro. Pero también recuerdo la solidaridad. La ciudad entera se unió: vecinos que nunca se habían hablado se ayudaban, se compartía agua, comida y esperanza. En ese momento entendí que Copiapó puede perder cosas materiales, pero nunca pierde su fuerza. Esa misma fuerza que, hace siglos, hizo crecer a Chile.

Lo que me gusta de este lema es que no solo habla del pasado, sino también del presente. “Donde nace la historia” no significa que ya se escribió todo, sino que sigue naciendo aquí, cada día. En las manos de los trabajadores que resisten el calor en las minas, en los niños que estudian soñando con un futuro mejor, en los artistas que pintan el desierto. Esa también es historia, la que no sale en los libros, pero que sostiene al país de verdad.

Cuando subo al cerro La Cruz y miro la ciudad desde arriba, me gusta pensar que todos esos cerros guardan secretos. Que debajo de ese polvo están las huellas de quienes hicieron posible que Chile creciera.

Yo sé que quizás un día me iré a estudiar a otra parte. Quiero conocer otros lugares y ver más del mundo. Pero también sé que donde esté, voy a llevar conmigo el desierto, el sol, la historia y el corazón de Copiapó. Porque este lugar me enseñó lo que significa resistir, lo que significa empezar desde cero, una y otra vez.

Y eso, creo, es lo que en verdad significa “Donde nace la historia de Chile”. No es solo un lema turístico. Es un recordatorio de que aquí, entre cerros y polvo, nació el coraje de un país. Es una promesa de que la historia no se detiene, que sigue latiendo en nosotros, los que todavía caminamos bajo este sol incansable, cargando sueños, memorias y la esperanza de seguir construyendo un futuro digno para todos.

Copiapó no es solo el lugar donde empezó la historia. Es el lugar donde la historia sigue viva, donde cada mañana se vuelve a escribir un nuevo comienzo. Y yo, una niña de 17 años, soy parte de eso. Porque mientras exista Copiapó, todos seguimos escribiendo la historia de Chile, con esfuerzo, esperanza y amor por esta tierra. Aquí empezó la historia de Chile… y también la mía.


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